Immagini della pagina
PDF
ePub

do que recorrer los más recónditos conventos para encontrar algunos antecedentes del arte patrio, con ausencia de Velázquez y el Greco, aherrojados aún en la caverna de los justos.

Italia tenía clasificado,
ya

en

en que

y a la vista, todo su arte y eso le vale de lección a Goya-, mientras España guardaba profundos arcones su pintura. Claudio Coello era un Murillo renegrido, mezclaba el dibujo a la pintura en ojos bonitos y perfiles amanerados. No tenía ningún genio, aunque poseía el don de la buena ejecución para representar ascensiones, recepciones celestiales y apoteosis.

se

por

Luca Giordano, llamado a Madrid Carlos II, trae en la mente el recuerdo de los Baptisterios, el orden de la perspectiva, que adelgaza los mosaicos en pura degradación, y todo el reflejo de los muros italianos en un pintor de exportación.

Con el mote de Fa Presto a sus espaldas, traba

encargo, y

sólo

re

ja de de muy vez en cuando hay flejos obra de los hálitos solemnes de la escuela boloñesa de Ribera, fué

en su

Y

que

su maestro.

Hay algún fraile que quiere levantarse de sus parihuelas para ser inmortal, y algún paño roto que intenta la superación digna de los museos.

Muchedumbre de retablos, claustros rotundos Y monjes, compuso Giordano con trazo seguro, con embadurnamiento de gran profesional, de digno presidente de cualquier Academia, de honorificado en last caleras pintadas por los fresquistas de aquel tiempo. Felipe V se deja llevar de la influencia francesa, los Honasse, Jean Ranc, Luis Michiel Van Loo

Y

Y

es

llenan los palacios de grandes cromos de la época: fiestas con música de cámara, paradas de príncipes y reyes, y alguna mitología comparada.

Fernando VI trae de Italia pintores de segunda categoría, como Santiago Anizoni Y el napolitano Corrado Giaquinto.

Carlos III, pujando más por Madrid y queriendo esmaltar lo monumental con una con una pintura realmente monumental, escoge a uz pintor de primera clase, aunde que una época veneciana de segunda categoría: Tiépolo.

El Palacio Real necesita decoraciones de color, y Tiépolo, ayudado por sus hijos, lleva a los plafones nuevas fantasías, de un estilo más risueño que las que acaba de pintar, durante tres años, en el palacio episcopal, de Wurtzbourg.

su

Carlos III, siempre deseoso de engrandecer reinado y su reino, llamó a otro artista que se destacaba en aquel tiempo, a Rafael Mengs, un extranjero nacido en Bohemia, de padre dinamarqués, blando, de plasticidades cómodas, de colores a la moda del mundo de entonces, aunque sus teorías eran de la valala, imponiendo a la pintura una estatuaria neoclásica, enseriecido y aburguesado por su larga estancia Sajonia.

en

a

los

Mengs era un caleólogo en pleno empacho.
Desde su infancia había sido uno de forzados
que los padres obligan a ser artistas,
a ser artistas, y acaban en

por

esos

todos sus poros a

un amaneramiento cerrado
inspiración, y dotados de redondeces

de fría casta.

la

y sonrosaciones

[graphic]
[graphic][ocr errors][merged small]

en

Sometido a no jugar más que con lápices y pinturas, encerrado el Vaticano durante su adolescencia-en secuestro de pan, agua y pintura-, llegó a una perfección manual que, antes de saber esto, en mis visitas al Prado, de chico, me dejaba el alma llena de melancolía, al no alcanzar palpitación alguna lienzos por más los miraba mucho, buscando el góce que sus jardines y amabilidades parecían acon

sejar.

que

Carlos III, le conoció en

que

en sus

Nápoles, le instó a que viniese, ofreciéndole un sueldo de 200 doblones,

[blocks in formation]

El artista de Bohemia se encontró un rey propicio y techumbres de Palacio que pintar, subiéndose a los andamios como un artesano.

se

Todos los pintores y autoridades de la pintura dejan dominar por este erudito y sabio de las pinceladas: Amicomi, Tiépolo, Corrado, Winckelmann. Nicolás de Azara, Bayeu, Agustín Esteve, Mariano Salvador de Maella D. José Camarón, y sus Y José Manuel. Y

hijos

Todos pintaban bajo el aquietamiento de las teorías de Mengs, teórico de los clasicismos y sus ternuras, partidario de Rafael, el más importante estampista de los siglos.

Pintor de personas como de flores, daba un arte diezochesco, apagado; gris perla, mustio, como si fuese otro arte descolorido, como si estuviese hecho de sedas pasadas y de flores de cera.

Goya se encuentra con las kermesses tristes de

« IndietroContinua »