Revista de occidente, Edizioni 19-20;Edizioni 55-60José Ortega y Gasset Galo Sáez, 1928 |
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Pagina 35
... esperanza que entre usted Y Matilde ... No ha sido así . No es culpa mía . Reto a por la tragedia , pero la tragedia no acude . Tampoco lo- gré nada con Alfredo . Pasaré el mundo entre bastidores , como un pobre comparsa . Mi vida es de ...
... esperanza que entre usted Y Matilde ... No ha sido así . No es culpa mía . Reto a por la tragedia , pero la tragedia no acude . Tampoco lo- gré nada con Alfredo . Pasaré el mundo entre bastidores , como un pobre comparsa . Mi vida es de ...
Pagina 38
... esperanza de verlo tranquilizarse . Juan Sánchez le arrastra donde escribe dos cartas : ser gran Una para -¡Bah ! a el juez . Otra Matilde . para un café , La ciudad se reparte a jirones la información de la estafa . Anochece . El ...
... esperanza de verlo tranquilizarse . Juan Sánchez le arrastra donde escribe dos cartas : ser gran Una para -¡Bah ! a el juez . Otra Matilde . para un café , La ciudad se reparte a jirones la información de la estafa . Anochece . El ...
Pagina 80
... esperanza , un li- gero olor de lágrimas ; lo borraba un suspiro , tolva- nera que se rizaba sobre nuestras frentes . Los ojos y las luces abrasados huían a esconderse en la umbría de los cortinones . Los hombres disimulaban su inquie ...
... esperanza , un li- gero olor de lágrimas ; lo borraba un suspiro , tolva- nera que se rizaba sobre nuestras frentes . Los ojos y las luces abrasados huían a esconderse en la umbría de los cortinones . Los hombres disimulaban su inquie ...
Pagina 88
... esperanza , amargura se conden- saba en su corazón cuando veía que nuestra hija mi- raba con desprecio aquel desenvolvimiento suyo que la acercaba a la madre . La tristeza llegó a tener en su cara , como en la de Niobé , la expresión de ...
... esperanza , amargura se conden- saba en su corazón cuando veía que nuestra hija mi- raba con desprecio aquel desenvolvimiento suyo que la acercaba a la madre . La tristeza llegó a tener en su cara , como en la de Niobé , la expresión de ...
Pagina 99
... esperanza ; los escalafones se cierran y cesan los aumentos de sueldos . Es entonces cuando comienza un vitaliciado eterno e inmutable . gran va- un 9 ) En las obras de Verdi hay cuadros de romanticismo tan muerto y caluroso , que ...
... esperanza ; los escalafones se cierran y cesan los aumentos de sueldos . Es entonces cuando comienza un vitaliciado eterno e inmutable . gran va- un 9 ) En las obras de Verdi hay cuadros de romanticismo tan muerto y caluroso , que ...
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Brani popolari
Pagina 41 - Pasadas las zarzamoras, los juncos y los espinos, bajo su mata de pelo hice un hoyo sobre el limo. Yo me quité la corbata. Ella se quitó el vestido. Yo el cinturón con revólver.
Pagina 40 - El almidón de su enagua me sonaba en el oído, como una pieza de seda rasgada por diez cuchillos. Sin luz de plata en sus copas los árboles han crecido, y un horizonte de perros ladra muy lejos del río.
Pagina 44 - Un chorro de venas verdes le brota de la garganta. Su sexo tiembla enredado como un pájaro en las zarzas.
Pagina 148 - Ni nuestra caritativa admiración ni una perfección ilusoria y «eterna» hacen al clásico, sino precisamente su aptitud para combatir con nosotros. Es el ángel que nos permite llamarnos Israel. Clásico es cualquier pretérito tan bravo que, como el Cid, después de muerto nos presente batalla, nos plantee problemas, discuta y se defienda de nosotros. Ahora bien: esto no sería posible si el clásico no hubiese calado hasta el estrato profundo donde palpitan los problemas radicales. Porque vio...
Pagina 175 - ... y ejerce presiones de todo orden sobre ellas. Es preciso, por tanto, trascender nuevamente, y de la perspectiva interindividual •avanzar hacia un todo viviente más amplio, que comprende lo individual y lo colectivo; en suma: la vida social. Esta nueva realidad, una vez advertida, transforma la visión que cada cual tiene de sí mismo. Porque si al principio le pareció ser él una sustancia psíquica independiente y la sociedad mera combinación de átomos sueltos como él y como él suficientes...
Pagina 197 - De Alcides le llevó luego a las plantas, que estaban, no muy lejos, trenzándose el cabello verde a cuantas da el fuego luces y el arroyo espejos. Tanto garzón robusto...
Pagina 148 - Ésta no depende de nuestra benevolencia para atenderlos, sino que, queramos o no, se afirman frente a nosotros y tenemos que luchar con ellos, como si fuesen contemporáneos. Ni nuestra caritativa admiración ni una perfección ilusoria y «eterna» hacen al clásico, sino precisamente su aptitud para combatir con nosotros.
Pagina 150 - Se sospecha del tipo de hombre que fabrica esos eruditos productos: se cree, no sé si con justicia, que tienen almas retrasadas, almas de cronistas, que son burócratas adscritos a expedientear el pasado.
Pagina 181 - Entre el confuso, pues, celoso estruendo de los caballos, ruda hace armonía, cuanta la generosa cetrería, desde la Mauritania a la Noruega, insidia ceba alada, sin luz, no siempre ciega, sin libertad, no siempre aprisionada, que a ver el día vuelve las veces que, en fiado al viento dada, repite su prisión y al viento absuelve.
Pagina 190 - Y en la sombra no más de la azucena, que del clavel procura acompañada imitar en la bella labradora el templado color de la que adora, víbora pisa tal el pensamiento, que el alma, por los ojos desatada, señas diera de su arrebatamiento...