Los Sres. Marqués de Pidal y D. Miguel Salvá,

Individuos de la Academia de la Historia.

TOMO XXVII.

MADRID.

IMPRENTA DE LA VIUDA DE CALERO.

1855.

CONTINUACION

DE LOS

DOCUMENTOS RELATIVOS

AL

PRINCIPE D. CARLOS,

HIJO DE FELIPE II.

Copia de otra de carta de la Emperatriz á S. M., de últi mo de hebrero 1568.

"Recibida en 14 de abril."

Sentimiento por la prison del Príncipe D. Cárlos.-Ruega que se cuide mucho de su salud.

(Archivo general de Simancas.-Estado, legajo núm. 658).

Señor.-Bien me creerá V. M. que me ha pesado de lo que mescribe á que le han forzado las cosas del Príncipe, pues por tantas vias tengo razon de pesarme de los que V. M. le cansan: plegue à Dios que estas se remedien como

á

V. M. tenga el descanso que meresce y yo deseo, que con harto cuidado esperaré cartas de ahí, y si son de V. M. muy buenas nuevas, que estas confio en Dios que ternémos y que dará á V. M. las fuerzas y ánimo que estas cosas han menester; y yo no sirvo sino con lo que puedo, que es pedillo á Dios con tan gran voluntad, que si se juntase con ello el ser yo buena, cierto seria oida. No querria tratar mas desto ni de ninguna cosa; me parece que no es tiempo, mas fuérzame á hacello lo que se pierde en ir y venir, y por eso suplico á V. M. que me perdone acordalle cuanto sirve á Dios en la merced que hace á estos dos sobrinos, pues sin ella está en mucho peligro su salvacion, que á no illes esto por todo lo otro, yo callaria. V. M. me puede ser buen testigo desto, pues sabe que no por ser señora de España, yo estaria contenta con la merced que en esto me habia hecho para la mayor, sino por vella en España, y á no ser el Emperador, yo estaria confiada que agora tambien la veria allá y en algun monasterio, que cierto pienso que se acabaria con ella fácilmente, mas con su padre, aunque el mundo se hundiese. El escribe á V. M. sobre ellas, y yo no puedo dejar de suplicalle, que solo por amor de Dios nos haga merced para la chiquita, que en Portugal se ponga alguna dilacion, porque el Emperador no pasará nunca, segun le veo determinado, sino como dice á V. M. Y en lo del dote bien pienso que se alargará algo mas, aunque mucho, me dice que es imposible. Tambien en esto me ha de hacer V. M. merced de hacer que se contenten y no se deshaga por ello, que no me faltaria otra cosa. Dios guarde á V. M. como deseo. De Viena último de hebrero 1568.

Teniendo ya escrito á V. M. llegó este otro correo. Por el cuidado que V. M. tiene de avisarnos, no puedo dejar de besarle las manos, y mucho mas por el que tiene de hacerme merced de todas maneras y en todos tiempos. El querer