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las columnas del cielo se elevasen,
Tú en la sede divina te gozabas,
do no hay profundidad, do no hay altura.
Llenas el universo, y no te llena;
contienes toda cosa

y a tí ninguna contenerte puede;
quiere la mente ansiosa

el arcano indagar, y rota cede;
cuando la voz en tu alabanza muevo,
al concepto la lengua së resiste;

y hasta el pensar del sabio y del prudente
y la meditación más diligente

enmudece ante tí.....

Más no tu ser, tus obras indagamos,

tu fé, cual ascua viva,

que en medio de los santos arde y quema;
por tu ley sacrosanta te adoramos;

por tu justicia, de tu ley emblema;

por tu presencia, al penitente grata,

terrífica al perverso;

porque te ven sin luz y sin antorchas

las almas no manchadas;

y tus palabras oyen, extasiadas,
cuando yace dormido

el corporal sentido,

y repiten en coro resonante:

Tres veces Santo, Vencedor y Eterno,

Señor de los ejércitos triunfante.

(Trad. de M. Menéndez y Pelayo, en Odas, epistolas y tragedias, 2.a edic., Madrid, 1906, págs. 299-312.)

7.

AJBAR MACHMÚA,

Derrota del rey Don Rodrigo.

(8. XI)

Al saber el Rey de España la nueva de la correría de Tárif, consideró el asunto como cosa grave. Estaba ausente de la corte, combatiendo a Pamplona, y desde allí se dirigió hacia el mediodía, cuando ya Tárik había entrado, habiendo reunido contra éste un ejército de cien mil hombres, o cosa semejante, según se cuenta.....

Había ya cautivado (Muza) muchos e importantes personajes, y con ellos estaba Julián, acompañado de bastante gente del país, la cual les indicaba los puntos indefensos, y servía para el espionaje.

Acercóse Rodrigo con la flor de la nobleza española y los hijos

de sus reyes, quienes, al ver el número y disposición de los muslimes, tuvieron una conferencia y dijéronse los unos a los otros: «Este hijo de la mala mujer se ha hecho dueño de nuestro reino sin ser de estirpe real, antes bien, uno de nuestros inferiores: aquella gente no pretende establecerse en nuestro país; lo único que desea es ganar botín: conseguido eso, se marcharán y nos dejarán. Emprendamos la fuga en el momento de la pelea, y el hijo de la mala mujer será derrotado». En esto quedaron convenidos. Había dado Rodrigo el mando del ala derecha de su ejército a Sisberto, y el de la izquierda a Obba, hijos ambos de su antecesor Gaitixa, y cabezas de la conspi ración indicada.....

Encontráronse Rodrigo y Tárik, que había permanecido en Alge~· ciras, en un lugar llamado el Lago, y pelearon encarnizadamente; mas las alas derecha e izquierda, al mando de Sisberto y Obba, hijos de Gaitixa, dieron a huír, y aunque el centro resistió algún tanto, al cabo Rodrigo fué también derrotado, y los muslimes hicieron una gran matanza en los enemigos. Rodrigo desapareció, sin que se supiese lo que le había acontecido, pues los musulmanes encontraron solamente su caballo blanco, con silla de oro, guarnecida de rubíes y esmeraldas, y un manto tejido de oro y bordado de perlas y rubíes. El caballo había caído en un lodazal, y el cristiano que había caído con él, al sacar el pié se había dejado un botín en el lodo. Sólo Dios sabe loj que pasó, pues no se tuvo noticia de él, ni se le encontró vivo n

muerto.

(Trad, E. Lafuente Alcántara, Madrid, 1867, págs. 21-22).

8.

ABENBASSAM

Invención de la moaxaha.

(+1147

El primero que compuso poesías de la medida o clase de las moaxahas en nuestro país (Andalucía) e inventó ese género, fué Mocádem ben Moafa, el de Cabra, el Ciego, († antes de 912) el cual las compuso empleando versos cortos (es decir, semejantes a los hemistiquios de la métrica árabe); pero la mayor parte de estas composiciones las hizo en formas métricas descuidadas, sin arte escrupuloso y usando la manera de hablar del vulgo ignaro y la lengua romance. A esas frases vulgares o romances, llamábalas estribillo. Con tales versos cortos (no subdivididos en hemistiquios) componía la moaxaha, sin llegar a formas perfectas en la combinación y enlace de las rimas, y sin que esos versos fueran realmente elementos orgánicos del conjunto de la estrofa.

(Addajira, fragmento trad. por J. Ribera, en su Disc. de recepción en Acad. Historia, Madrid, 1916, pág. 11.)

9.

ABENHÁZAM DE CÓRDOBA

Los caracteres y la conducta

(994-1064)

10.-No merece ser tratado como hombre el que no tiene religión. 30.-El que hace mal a sus parientes y amigos, es más vil que ellos; el que les devuelve el mal que le han hecho, es semejante a ellos; el que no lo devuelve, es el señor de ellos, mejor y más noble. 59.-Con el afortunado, hasta el hombre pérfido es leal; con el desgraciado hasta el leal es pérfido. Feliz aquel que en las cosas de este mundo no se vé obligado por los azares de la vida a poner a prueba la lealtad de sus prójimos.

65.- Las cosas que hayas de hacer mañana, no te descuides en asegurar su realización, apresurándote a hacerlas hoy mismo, aunque sean de pequeña importancia, porque de las cosas pequeñas se forman las grandes y quizás mañana no puedas realizar esas cosas pequeñas y destruyas así el resultado total.

69,-El primero que se pone en guardia contra el traidor es cabalmente aquel en cuyo favor cometió el traidor su traición. El primero que odia al testigo falso es precisamente aquel en cuyo favor depuso. El primero que tiene en poco a la adúltera es el que con ella cometió adulterio.

79.-Fíate del hombre religioso, aunque profese religión distinta de la tuya, y jamás fíes del hombre ligero y descreído, aunque parezca profesar tu propia religión. Para las cosas encomendadas a tu cuidado no pongas la confianza en el hombre que desprecie las prohibiciones divinas.

123. No busques la amistad del que te desdeña; sólo ganarás decepciones y afrentas.

141.-No exijas de tu amigo, sino lo mismo que tú espontáneamente estés dispuesto a darle con generosidad, pues si le exiges más, eres injusto. No adquieras ganancia, sino con la condición de que la has de perder. No tomes posesión de un cargo político, sino con la condición de que has de verte depuesto. De lo contrario, tu alma está perdida, tu conducta no será noble.

154.-No contraigas con tus amigos ni parentesco, ni relaciones de comercio, pues jamás he visio que ambas cosas produjeran otro resultado que la ruptura de la amistad.

288.--Para el hombre pundonoroso vale más el honor que las riquezas. El hombre pundonoroso ha de defender su cuerpo, a costa de sus riquezas; su vida, a costa de su cuerpo; su honor a costa de su vida; su religión a costa de su honor; pero, a costa de su religión, no debe defender cosa alguna.

(Los caracteres y la conducta. Tratado de moral práctica. Trad. por Miguel Asín, Madrid, 1916.)

10.

ABENTOFÁIL

Nacimiento de Hay ben Yacdán

(S. XII)

Cuentan nuestros virtuosos antepasados (¡Dios se compadezca de ellos!) que hay una isla en la India, situada bajo la línea ecuatorial, en la cual nace el hombre sin padre ni madre, a causa de ser su temperatura la más templada de la faz de la tierra y de ser la mejor dispuesta para recibir los rayos de luz de la región más alta.....

Algunos dicen que Hay ben Yacdán es uno de los que han nacido en esta región, sin padre ni madre. Otros lọ niegan, y cuentan la historia de este asunto en la forma que te vamos a referir.

Dicen que enfrente de esta isla (en que Hay vivió), había otra isla muy grande, de playas extensas, de muchas riquezas y muy populo. sa, en la cual reinaba un hombre de carácter altanero y orgulloso. Este rey tenía una hermana a quien impedía contraer matrimonio; rechazaba a todos los pretendientes, por no encontrar ninguno que fuera digno de ella. La joven tenía un vecino llamado Yacdán, que casó con ella secretamente, según uso permitido por la religión dominante entonces en aquél país. Ella concibió de él y dió a luz un niño. Y temiendo que se descubriese su deshonor y se revelase su secreto, cclocó al niño (después de haberle dado el pecho) en una caja, cuya cerradura aseguró, y salió con él al principio de la noche, acompañada de sus esclavas y personas de confianza, hacia la orilla del mar, abrasándose su corazón de amor por él y de temor por su causa.....

.....Después lo arrojó al agua. Una ola impetuosa lo arrastró y lo llevó, durante la noche, a la playa de la isla anteriormente citada.

La marea llegaba en aquel entonces a un lugar al que no volvía a alcanzar hasta pasado un año. La ola llevó la caja a un bosquecillo de espesa maleza, de suelo agradable, resguardado contra los vientos y la lluvia, a cubierto del sol, cuyos rayos «no podían penetrar allí ni mientras que subía ni mientras que bajaba». (Alcorán, XVIII, 16). Después la marea empezó a bajar, y la caja quedó en aquel sitio. Las arenas subieron, hasta el punto de impedir la entrada del agua a este bosquecillo y que las olas llegaran hasta él.

Al arrojar las olas la caja a este lugar, sus cerraduras se habían roto y sus tablas se habían desunido. El niño, atormentado por el hambre, comenzó a llorar, a sollozar y a moverse. Su llanto llegó a oídos de una gacela que había perdido su cría. La gacela sigió su voz, creyendo que era su cría, y llegó hasta la caja. Intentó abrirla con sus pesuñas, a la vez que el niño desde dentro empujaba al moverse, hasta que saltó una tabla de la tapa de la caja. La gacela tuvo compasión del niño, sintió cariño hacia él, y le presentó sus pezones, dándole de mamar toda la leche que él quiso. Después, no dejó de visitarlo, para criarlo y para apartar de él todo peligro.....

(El Filósofo autodidacio, tra1. de González Palencia, inédita.)

11.

ALMOTAMID

Lamento en la desgracia.

(1040-1095)

Yo era émulo de la lluvia bienhechora, señor de la generosidad, protector de los hombres, cuando mi diestra prodigaba los dones el día de la distribución de presentes o quitaba la vida a los enemigos el día del combate, y cuando mi izquierda tenía la brida que refrenaba el corcel, asustado por el ruido de las lanzas. Pero ahora me hallo en la cautividad y la miseria; me parezco a un objeto sagrado que ha sido profanado o a un pájaro a quien se han cortado las alas. Ya no puedo responder al llamamiento del oprimido o del pobre. La alegría de mi rostro, a que estabas acostumbrado, se ha trocado en sombría tristeza; los pesares no me permiten pensar en alegrías; hoy todas las miradas se apartan de mí, mientras que antes todas me buscaban. (Trad. de Dozy, Hist. de la Esp. mus., ed. Calpe, Madrid, 1920, IV, 246.)

12.

ABULBECA

Elegía por la decadencia del Islam en España.

Cuanto sube hasta la cima desciende pronto abatido

al profundo.

¡Ay de aquél que en algo estima

el bien caduco y mentido

de este mundo!

En todo terreno ser

sólo permanece y dura

el mudar.

Lo que hoy es dicha o placer

será mañana amargura

y pesar.

Es la vida transitoria un caminar sin reposo

al olvido;

plazo breve a toda gloria tiene el tiempo presuroso concedido.

¿Con sus cortes tan lucidas, del Yémen los claros reyes dónde están?

¿En dónde los Sasanidas, que dieron tan sabias leyes al Irán?

(S. XIII)

Montes de escombro y desiertos no ciudades populosas,

ya se ven;

¿Qué es de Valencia y sus huertos?

Y Murcia y Játiva hermosas?

¿Y Jaén?

¿Qué es de Córdoba en el día donde las ciencias hallaban

noble asiento,

do las artes a porfía

por su gloria se afanaban
y ornamento?

Allí doncellas gentiles
que al andar perlas y flores
esparcían;

para faenas serviles
los fieros conquistadores

ofrecían.

Hoy en lejana región
prueban ellas del esclavo
la amargura,
que destroza el corazón
y hiere la mente al cabo
con locura.

(Trad. de D. Juan Valera, de Schack, Poesia y arte de los árabes de España y Sicilia, Sevilla, 1881, I, 240.)

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