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etimológica, la toman como característica del género masculino, por ej. nombres de la 3.a decl. que, teniendo terminación indiferente para el masc. ó fem., tomaron, sin cmbargo, la o, como los masc. latinos cucumĕre cohombro, passere pájaro.

a

3] Sing. leone(m) león; pl. leones leones. Comprende los nombres de la 3.a decl. latina y aquellos de la 5.a que no pasan á la 1.a: facie(m) haz; fide fe; especie junto á especia. Esta declin. adquirió también aquellos nombres de la 2.a que cambian su -o final en -e, ó que la pierden, como cupru cobre, trifol(i)u trébol, capitán, ángel y otros ejemplos en el § 29 2. Además preste y maestre; citados en el § 74 6, y Dios, que hacía en el siglo XII su plural por la 2.a decl. deos díos, resultando igual al singular, por lo que los judíos españoles motejaban á los cristianos de politeístas por usar siempre Dios en forma de plural, y no decir en singular Dió (del acus. Deum), como dicen todavía los judíos españoles de los Balcanes y Marruecos; para evitar este molesto equívoco, se formó el plural dioses por la 3.a declinación. Nótese que el plural de la 3. se forma en español, como el de la 1.a y 2.a, añadiendo -s al singular: hombre -s; pero como en ella abundan más los nombres acabados en consonante, los cuales añaden en el plural -es, leon -es (1), se generalizó este -es, en vez de la simple -s, á los terminados en dipton

a

a

(1) Los extranjerismos acabados en consonante ajena á la final castellana § 63 3, ó no tienen forma de plural, ó añaden sólo -s: déficit, los clubs, armoniums, los fénix (ant. fénices), los dux; pero junto á fracs ó frás, se usa fraques (en singular también fraque); prescindiendo de albums, que es usual, la Academia da como plural álbumes. El pl. lores procede de que no se pronuncia la d de lord.

go, y en vez de los anticuados y dialectales bueis, leis, reis, se dice bueyes, leyes; sin que hoy se admita la forma sin -e-, sino en voces raras como estai, que junto á estares se dice también estais. Luego se generalizó la -e- á los nombres en vocal acentuada; especialmente á los en i, que si antes eran corrientes en doble forma, javalís, -ies; alfaquís, -ies; borceguís, -ies, hoy rara vez se usan sin la -e-. De los acabados en otra vocal acentuada, todos (salvo papás, mamás, pies) admiten el plural -es; es el más general en el caso de -á: albalá -es, bajáes, sofáes; es indiferente en el de ó -ú: chacó -s, rondó -es, tisú -s ó ti sú -es; y no enteramente desusado en el de -é, pues si lo general es corsé-s, también se dice de las letras del abecedario cees, tees y hasta á veces cafées; antiguamente piees (§ 312) tenía su -e- etimológica, como el hoy no del todo desusado fees.

76. EL GÉNERO.-MASCULINO Y FEMENINO.-El romance conservó los dos géneros masc. y fem. tal como en latín: panis, axis, mons, sol-mors, navis, lis, salus. No obstante, hay varias diferencias entre el género de los nombres latinos y el de los romances; pero sólo merece notarse aquí que el romance simplificó las relaciones entre la terminación y el género, y salvo en día y mano no consintió la -a final átona de la 1.a decl., sino en los femeninos (1) ni la -o sino en los masculinos (2).

(1) La -a tónica de la 3.a decl. puede ser de masc. sofá,. papá. Los de la 1.a masc. no son populares: poeta, atleta, eremita, papa; antes se habían popularizado, diciéndose David la profeta, las padriarcas. No son excepciones morfológicas, sino simples metáforas, los populares fem. aplicados á personas con artículo masc.: el vista, el corneta, el cura.

(2) Los otros femeninos en -o son voces extrañas al castellano: la nao viene del provenzal ó catalán (nau. comp. bou

§ 76-77 Cambios de género ó de terminación. Neutro 133

Los femeninos, en -o no tuvieron más remedio que ó cambiar de género, como los nombres de árboles, fraxinus f. fresno m., taxus f. tejo m., pinus f. pino m., y de fruto, ficus f. higo m., ó cambiar de terminación, como socrus (ya en inscripciones socera) suegra, nurus nuera, y los nombres de piedras preciosas amethystus amatista, smaragdus m. y f. esmeralda. No faltan ejemplos de este doble cambio en una misma palabra, como en el nombre del arbusto alaternus f., ladierno y aladierna; sapphirus f., ant. piedra zafira, mod. el zafiro.

99. DESAPARICIÓN DEL GÉNERO NEUTRO.- El género neutro se caracterizaba en latín por tener el nominativo igual al acusativo, en singular con diversas terminaciones especiales al género, y en el plural terminando ambos casos exclusivamente en -A. Esta forma externa especial se conservó en romance; pero la idea del género neutro se perdió (salvo en el pronombre y adjetivo substantivado), quedando así una forma vacía de sentido. Ante esta contradicción, el romance incluyó las formas del neutro que acababan en -o entre los masculinos; las en -a entre los femeninos; y las indiferentes, por no terminar en ninguna de estas dos letras, las atribuyó á cualquiera de los dos géneros (v. especialmente el punto I c y d), según razones que escapan al estudio. Veamos el pormenor de las diversas terminaciones que el neutro ofrecía.

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I] Neutro singular. He aquí las principales formas que podía presentar.

buey); la seo seguramente del catalán (seu, comp. peu <pie»), por intermedio del aragonés; la testudo es voz culta, y además en el Dicc. de la Ac. desde su 10.a edición aparece como masculina.

a) En primer lugar había ciertos neutros que terminaban su nominativo acusativo en -o y en -a, coincidiendo exactamente con los nombres de la 2.a y 1.a decl. Unos son los neutros en -UM pratum prado, grano, vino, gozo, hilo, iguales por su forma á los masculinos de la segunda, cuyo género recibieron. Otros son los neutros en -MA -MATIS, derivados del griego: epithěma bizma, apostēma, cauma calma, c(e)leusma chusma, diadema, asthma, flema; estos nombres en romance tenían una forma igual á los de la 1.a declinación, y fueron todos mirados como femeninos; sólo los eruditos, que sabían que en latín eran neutros, tendían á usarlos en masculino, género que representa mejor la indeterminación sexual del neutro que no el femenino, y por influencia erudita tienen á veces uso como masculinos algunos nombres que en el uso vulgar son siempre femeninos, como chrisma, phantasma, rheuma, arōma, anathema, thema (1).

b) Los neutros en - US ofrecían al oído un aspecto de plurales: pectus pechos, tempus tiempos, pignus peños, á pesar de lo cual, en el período primitivo del idioma, conservaban su valor de singular, ó al menos no se usaban nunca sin la -s; así la frase latina «ŏpus est mihi» la calcaba la lengua antigua «uebos me es» y nunca decía uebo; el poema de Fernán González escribe «escudo contra pechos, en mano su espada», y el Arcipreste de Hita dice «cató contra sus pechos el águila ferida»; siempre se decía en la Edad Media dar peños», por dar prenda, «recibir en peños», «tener en peños», como en el período clásico «tenía á empeños cualquier cosa», y hoy «echarse á pechos algo»,

(1) Los únicamente cultos son siempre masculinos: emblema, poema, sintoma, epigrama.

<tomar á pechos», «abierto de pechos», «hubo en tiempos» en otro tiempo, en tiempos del rey Alfonso», etc. Notable la frase híbrida ant. «el Cuerpos Christi», hoy <el Corpus» simplemente.-Pero, naturalmente, esta -s no podía sonar sino á plural, y hubo de formarse un singular antietimológico: empeño, pecho, tiempo, cuerpo, lado.

c) Los neutros en -R y -N, según la fonética (§ 62 2), harán pasar estas consonantes al interior de la palabra y recibirán una e final de apoyo (1): robur robre roble (sin que sea necesario suponer, según el punto e, un nuevo acusativo *robore); uber ubre, piper pebre, súlfur azufre, inguen ingle, legumen legumbre, lumen lumbre, vimen bimbre mimbre, examen enjambre, nomen nombre, culmen cumbre, § 591, aeramen § 18 3. En cuanto al género, la terminación en -e es indiferente para el masculino ó el femenino, y así unos escogieron aquel género y otros éste; los cultos se hacen todos masculinos.

d) Neutros de varias terminaciones.-Son también indiferentes para el género masc. ó fem. cochleare (no cóchlear) cuchar cuchara, puteale (no putěal) pozal, fěl hiel (f. como en cat., pero port. o fel, prov. lo fel); měl miel, sale (no del masc. sal) sal, ff. como en cat., pero en port. mascs.; mare mar; rete tenía también un fem. retis red.-Debían hacerse masculinos por su terminación caput cabo, y cornu cuerno.

e) Deben ponerse aparte ciertos neutros que tenían dos formas de nom. ac., una monosílaba y otra bisílaba. Junto á vas, vasis, se decía también vasum, -i (el plural era siempre por la 2.a, vasa -orum); junto á Ŏs, Ŏsis, había

(1) Los cultos quedan intactos: certamen, régimen, crimen, germen, examen.

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