Immagini della pagina
PDF
ePub

ossum, de donde vaso, hueso; y en vez de lac, lactis, se usaba en latín arcaico lacte (1), de donde leche, f. como en cat., pero m. en port.-Aunque no monosílabo, stercus (que dió *estiercos; antic. y provincial estierco, port. esterco, it. sterco, según el punto b) podía tener una forma accesoria de nom. ac. *stercore, de donde *estiercor, disimilado en estiércol (comp. marmore mármol) § 66 2 (2).

2] Neutro plural. El plural romance de los neutros citados se formó de nuevo, según el singular, y no siguiendo la terminación - A del latín: los prados, de prado, no de prata; cabos, de cabo, no de capita.-Si el romance conservó muchos plurales latinos en -a, no fué con valor de tales plurales, sino como singulares femeninos; recuérdese que en latín, junto á arma, -orum, había ya el femenino arma, -ae, y junto á opera, -um, había opera, -ae, femeninos, como el esp. arma, uebra obra. Hay neutros que dejaron en español doble descendencia de sus formas sing. y plural: pignus dió peños y pignora, prenda; brachium, brazo, y brachia, braza. — Estos neutros en -a, respondiendo á su valor latino de plurales, tienen, al menos originariamente, un valor plural ó colectivo: braza, la medida de los dos brazos abiertos; Ŏva, la hueva del pez; de velum, la vela ó velamen de la nave; la hoja del árbol; la boda ó votos matrimoniales; la gesta, hechos de un héroe; interaneum, la entraña, conjunto de vísceras; la leña; la ceja, parte de la frente

(1) En voces cultas se halla también el tema del genit. abl., como en género, cuya vocal final es extraña al latín. (2) Meyer-Lübke, Gr. II, § 10, cree que estiércol tomó su 1 de estercolar; pero más bien este infinitivo está influído por el substantivo, según se apunta § 106 2.

donde están las cejas; la fiesta, etc.; y alguno analógico en latín vulgar como *rama, *fructa que en clásico son masc.; *cinera cendra, clásico cinis masc. Anticuados: la buena ó conjunto de bienes de un propietario, la dona ú objetos regalados; en asturiano: la vasa ó vajilla, etc. (1). Nótense también los substantivos como herramienta, vestimenta, etc., y los nombres de frutos: sorbum la serba, morum la mora, pĭrum pera, Mattianum manzana, pomum poma, prunum pruna (que en algún dialecto es masc. pruno, como pero, prisco persicum). Algunos se usan preferentemente en plural, como capula cachas, comp. port. as ovas «la hueva».

FLEXIÓN DEL ADJETIVO

En cuanto á los casos y al número nada hay que advertir. El adjetivo deriva del acusativo, sin que muestre, como hace el substantivo, rastro alguno del nominativo ú otro caso.

78. EL GÉNERO.-Al revés del substantivo que conservó la forma y perdió el sentido del género neutro, el adjetivo romance no recuerda la forma especial del adjetivo neutro latino (salvo el comparativo aislado lo menos), aunque conserva su sentido en los abstractos substantivados lo corriente (neutro currens), lo feliz (neutro felix), etc. No era necesaria una terminación especial de adjetivo neutro, ya que no había substantivos neutros con quien necesitase mostrar su concordancia. En consecuen

(1) Aun en voces cultas se halla esta derivación del plural: ulcus úlcera, viscus víscera, nomen nómina, antic. la ídola, la claustra.

cia, los adjetivos latinos de tres terminaciones se harán en romance de dos, y los de dos, de una.

=

I] En el acusativo se confunden los dos tipos de flexión latina: altus: -um, -am= alto, -a; y dexter: -ĕrum, am diestro, -a, negro, tierno, otro, nuestro. Están sujetos á apócope en proclisis (§ 29 2) uno, alguno, ninguno (y antiguamente mucho, todo y nullo), bueno, malo, primero, postrero, tercero, ciento cien, santo san. Se da algún caso muy raro de adjetivo que en latín tenía forma especial de femenino y la perdió en romance: dăplus doble, firme y libre; lo general es la tendencia contraria de distinguir el masc. y fem. en casos en que el latín no los distinguía. No hemos de contar como excepciones los derivados de los doce adjetivos que en latín acaban en masc. -er, fem. -ris, neutro re, pues éstos no distinguían el masc. del fem. más que en el nominativo, y no siempre (-ris se usaba también para el masc.); así que en el acusativo no tenían sino - rem para ambos géneros; alăcrem, ó vulgar alécrem alegre, y los eruditos célebre, salubre, campestre, terrestre, etc. Había tendencia á convertir estos adjetivos en -us; así el Appendix Probi manda decir «acer, non acrus», pero esta última forma prevaleció en agro.

2] Los adjetivos latinos de dos terminaciones quedan con una sola: feliz, igual, breve, viviente, pobre; sujetos á perder la -e en la lengua antigua fuert, semejant, amanecient, dulz ó duz, grant, práctica que hoy sólo se conserva con gran cuando precede inmediatamente al substantivo (§ 63 3).-Es fuerte la tendencia á dotar estos adjetivos de terminación especial para el femenino: a) En primer lugar, deben citarse los adjetivos en -or, que si antiguamente eran invariables «alma sentidor, ira atura

dor, vezina morador, espadas tajadores», á partir del siglo XIV comenzaron á generalizarse con terminación femenina, que luego se impuso como obligatoria, salvo á los comparativos (§ 79 2), y aun éstos toman -a cuando se substantivan: la superiora, y en Aragón la menora «la mujer menor de edad».—b) Van después los adjetivos en -on, (no común); el poema de Fernán González dice <gentes. españones», y los judíos de los Balcanes aun hoy dicen. <la lengua español»; pero luego se dijo españolas, bretonas, ladrona, juguetona. Los en -an, -in, paralelos de - anus, -inus (§ 83 4), tienen su a etimológica: alemana (lo mismo que asturiana, cuyo masc. es -ano), holgazanas, mallorquina, danzarina.—c) En fin, los adjetivos en -ensis ofrecen ya desde el siglo x11 ejemplos como <burgeses é burgesas», junto á «tres eminas de vino leoneses»; hasta en el período clásico se conservó «provincia cartaginés, la leonés potencia», como en Portugal hasta el siglo xvi se decía «molher portugués». Hoy es de rigor la -a en los derivados de pueblos como francesa, cordobesa; pero rara en montesa, é imposible en cortés.d) El francés, el provenzal y, menos, el catalán generalizan esta terminación femenina á otros casos; en armonía con ellos el aragonés antiguo dice simpla, dolienta, granda, etc.; los judíos españoles de Oriente dicen jóvena, ilustra, y nuestro vulgo en varias regiones dice cuala, hallándose atalas en una rima del Libro de Alexandro.

79. GRADACIÓN.-1] Las terminaciones corrientes de comparativo ior y superlativo -issimus, -imus, eran en latín ya inaplicables á los adjetivos en -ius, -eus, para los cuales se usaba la perífrasis magis necessarius, maxime n., perífrasis que los poetas aplicaban á - toda clase de adjetivos; y en el latín arcaico y decadente

se halla además plus miser, plus felix. En España y Dacia se continuó usando para el comparativo más (port. mais, catal. mes), y en Galia (franc. y prov.) é Italia plus (1); para el superlativo se olvidó el maxime, y se expresó bien por medio del mismo comparativo precedido del artículo, ó bien anteponiendo otro adverbio, que en español es muy. Se anteponen más rara vez otros adverbios como altamente, sumamente dañoso, y uno se pospone: abatido además.

2] La gradación interna ú orgánica subsiste en los comparativos mejor, peor, mayor, menor, menos, y en los cultos inferior, superior, ulterior, exterior, etc., adjetivos todos de una sola terminación; comp. el § 78 2 a. El superlativo orgánico es siempre culto, tanto el de aquellos comparativos óptimo, etc., como el de éstos: ínfimo, supremo, último, extremo, etc. El superlativo - Issimus se conservó en -ísimo, forma enteramente culta (2) y apenas usada en la Edad Media. Á un clérigo como Berceo se le ocurría alguna vez el latinismo dulcissimo; don Sancho IV usa una vez altísimo; pero el que en tiempo de Alfonso X tradujo en castellano el epitafio latino de San Fernando que se halla en la Capilla Real de Sevilla, tenía tal forma por exótica, y nunca usaba sino la perífrasis, traduciendo fidelissimus, patientissimus,

(1) Berceo usa como forma rara plus, y chus; esta última, por el tratamiento de pl-, es un galleguismo, y efectivamente se usó en antiguo portugués.

(2) Según el § 11 (en inscripciones latino-españolas se halla karessemo, merentessemo), y el § 25 2 (en inscripciones romanas: dulcissme año 290, dulkisma año 410; hoy en Burgos se popularizó con la forma buenismo, muchismo).

« IndietroContinua »