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lo antiguo ante vocal ell, mantenida la -- como medial de palabra (ell estudio, ell apostóligo); illa, ela (ela casa, ela iglesia), simplificada la -l- por influencia del masculino el, y abreviado en la generalmente, salvo ante nombres que empiezan por vocal, especialmente a-, con los cuales se abreviaba en el ó ell (ell alma, el alimosna, el otra, del estoria); Nebrija aún podía decir de tres modos: la espada, el espada, ell espada; pero luego se admitió el tan sólo en el caso de que siguiese á- acentuada;-illud, elo (elo que ovier), lo.-Plural: illos, elos, ellos (ellos condes), los;-illas, elas, las.

3] Contra el § 98,, en vez del nominativo singular se conservó el acusativo en antiguo leonés y aragonés lo (lo Egipto, por lo anno); aun hoy en Sobrarbe se dice lo fuego y o fuego (perdida la l-, como os machos, as navajas, etc.)

4] El artículo es generalmente enclítico; hoy sólo se suelda á la preposición precedente en del y al; pero antes á todas las terminadas en vocal: fazal alba, contral monte, sol manto; y en período anterior, sobre todo en leonés, aun á las terminadas en consonante: pollas casas; enno palacio; conna otra (asturiano mod.: pol mundo, pola; nel fuego, na, nos; col, colas); los manuscritos castellanos, aunque no verificaran esta soldadura, indicaban la enclisis. escribiendo unida la preposición y el artículo: «enla parte dela huerta.»

La proclisis y apócope se halla en aragonés y leonés con el masculino lo: «l'uno et l'otro, l'espíritu,» y con el femenino la: «l'agua, l'alteza» (compárese el'alma, punto 2 de este párrafo).

PRONOMBRE RELATIVO É INTERROGATIVO

101. QUI, CUJUS, QUALIS.-1] En el latín vulgar de España la flexión del relativo se redujo al nominativo masc. qui, al acusat. masc. quěm y al neutro quid: estas formas se emplearon lo mismo para el acusat. que para el nominativo, para el singular que para el plural, para él masculino que para el femenino, pues no se creyó necesario precisar el género y el número que van ó pueden ir determinados con claridad por el antecedente del relativo. Se reservaron para designar personas qui y quien (masc. y fem., sing. y plur.), generalmente sin artículo ni otro determinativo: es raro «aquel quien, »> etc., que (masc. y fem., sing. y plur.) sirvió para personas y cosas, con y sin determinativos. En el siglo XIV caía ya en desuso qui, por inútil duplicado de quien; éste en el siglo xvi se creó un plural: quienes, que aunque calificado todavía de inelegante por Ambrosio de Salazar en 1622, se generalizó, si bien aun hoy día se dice alguna vez «los pocos ó muchos de quien ha tenido que valerse. >>

2] También se conservó en español, portugués y sardo cujus, -a, -um; cuyo -a, -os -as.

3] Qualis, e, además de expresar la cualidad, sirve en todos los romances como simple relativo, precedido del artículo el, la cual; los, las cuales.

PRONOMBRES INDEFINIDOS

102. SUS GRANDES CAMBIOS.-Si los pronombres anteriores conservan con relativa exactitud los

tipos latinos, en los indefinidos se perdió casi todo el caudal latino y se sustituyó por otro de formación

nueva.

como

1] Algunos se conservan en romance, unus, uno; el neutro arcáico alid por aliud, antic. al. De omnis y totus subsiste sólo el segundo, todo; de alius y alter, sólo otro; de quidam y certus, sólo cierto; de nemo y nullus, sólo nul, nulla, anticuado.

2] En vez de él subsiste una formación romance nueva: nec unus, ninguno (§ 128), y también homo natus: «non lo deve fazer omne nado,» y luego «non es nado que lo pueda fazer;» en vez de nihil se dijo res nata, nada; en vez de quisque se dijo cata usado en la Vulgata, (gr. xará) cada, cadauno; en vez de quilibet, qualislibet, etc., se usaron los equivalentes quien ó quiquier (ant.), qualquier, qual-se-quiera, etc.; el plural es quienesquiera, cualesquiera.

3] En cuanto á la flexión, vemos que en general la tienen igual á los adjetivos otro -a, -os -as; pero hay una tendencia á dotarla de las particulares terminaciones de la de los pronombres. Así, la -i final de qui, la -ien de quien y la -e de este, ese, se introdujeron en otri, nadi, y otre, misme, y otrien, álguien (por *álguen), que se acentuó también alguién, ninguién, y aun fundiendo las dos terminaciones -i y -e se dijo otrie, nadie, todas envejecidas menos alguien y nadie.

CAPITULO VII

EL VERBO

103. COMPARACIÓN GENERAL DE LA CONJUGACIÓN LATINA Y ESPAÑOLA.-La conjugación fué conservada por el romance en muy buen estado, contrastando con el olvido de la declinación. Mientras las desinencias casuales por su vaguedad ($ 74,) resultaron instrumento inservible en romance, las desinencias verbales, completamente claras y terminantes, se mantuvieron vivas. Entre am-abas y amemus hay una riqueza de diferencias precisas en las relaciones de modo, tiempo, número y persona que no permite confusión alguna; las desinencias -abas y -emus encerraban en latín, y siguen encerrando para los pueblos neo-latinos, una idea absolutamente clara, un sentido preciso, transportable á cualquier otro verbo de invención nueva.

La conservación de la conjugación no fué, sin embargo, perfecta. El verbo latino, que ya representa un estado empobrecido del verbo indo-europeo, pues carecía de la voz media, del modo optativo, del número dual, continuó empobreciéndose en latín vulgar, sustituyendo varias formas sintéticas por otras analíticas. Dejó perderse la voz pasiva entera, salvo el participio amatus (con el cual, unido al verbo esse, expresó las formas personales de la pa

siva soy amado, etc.) De los tiempos perdió el futuro indicativo amabo (sustituyéndolo por la perífrasis amar-he); en el subjuntivo el imperfecto amarem (sustituído por el pluscuamperfecto), y el perfecto amavĕrim (sustituído por haya amado); el infinitivo pasado amavisse (sustituído por haber amado); el participio futuro amaturus y los dos supinos amatum y amatu (que no reemplazó por una forma especial). Además se enriqueció con tiempos que en latín no existían, como he amado, hubiese amado, amaría, habría amado. Todas estas perífrasis son de dos clases: una, muy numerosa, se forma con el participio pasivo del verbo y todos los tiempos de los auxiliares haber (activa) y ser (pasiva); otra se forma con el infinitivo del verbo y sólo el presente é imperfecto indic. del auxiliar haber, produciendo el futuro y el condicional; estas dos últimas formas llegaron con el tiempo á constituir una síntesis gramatical: amaré, amaría, semejante á la del futuro latino amabo, cuya característica -bo proviene del auxiliar fui.

Las personas latinas se conservaron todas, salvo las 3.as de imperativo: amāto, amanto (sustituídas por el pres. subj. ame, amen), y las 2.as enfáticas: amāto, amatōte.

FONÉTICA VERBAL

104. LA FONÉTICA Y LA ANALOGÍA.-El verbo se sujeta en general á las mismas leyes fonéticas que otra palabra cualquiera. Pero se comprende que las múltiples formas que reviste un mismo tema en la

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