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CAPITULO IV

FENÓMENOS ESPECIALES QUE INFLUYEN EN LA EVOLUCIÓN FONÉTICA

64. Hemos visto en el capítulo II el desarrollo de las vocales y en el III el de las consonantes, considerando cada sonido como cosa aparte y aislada, que evoluciona y se transforma de un sonido latino en otro correspondiente castellano. Pero la regularidad de esta evolución se ve turbada no pocas veces, pues los sonidos no viven así aislados como los hemos estudiado, sino formando palabras; y al tener que pronunciarse juntos varios de esos sonidos cuyo desarrollo individual hemos visto, no puede menos de suceder que unos influyan sobre otros, pues la lengua, al ponerlos en contacto, procura allanar las di ficultades de pronunciación, que á veces resultan de la proximidad, y así se producen varios fenómenos, hijos de la «influencia de un sonido sobre otro» (§ 65 á 68). Pero, además, la palabra no es sólo un producto acústico de la garganta y de la boca, sino que representa ideas, y no es extraño que la idea influya sobre los sonidos, pues el que habla procura á veces asemejar por su forma aquellas palabras que tienen alguna semejanza en su significación, y así se producen varios fenómenos que obedecen á la «influencia de unas palabras sobre otras» (§ 69 á 72).

INFLUENCIA DE SONIDOS VECINOS

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65. ASIMILACIÓN. Dos sonidos próximos en una palabra pueden tener bastante semejanza entre sí para que la lengua no los distinga sin trabajo, y por lo tanto tienda á igualarlos más; entonces se produce la asimilación, que es, por lo general, una confusión entre dos sonidos semejantes; sin embargo, se da á veces la asimilación sin esta semejanza previa.

1 Ejemplos de asimilación de vocales: el latín directum debiera haber dado en castellano *direcho (§ 19); pero la vocal acentuada influyó sobre la) inicial para producir derecho. De submĕrgülio (derivado de submergo, y con el sentido de mergulus) debiera salir *somergujo; pero se asimiló la vocal protónica á la inicial y se dijo somorgujo, influyendo además para este cambio el que la vocal acentuada pertenece también á la serie posterior, y hallándose la e entre dos posteriores, se cambia en posterior. Un caso frecuente es la asimilación de una e protónica á una yod siguiente, como prisión de prehensionem, simiente de sẽmentem, hirviente por ferviente y demás casos del S 18.

2] Ejemplos de asimilación de consonantes: en latín vulgar, en vez de pituita, asimilándose la semivocal w á la explosiva p inicial, se dijo pitpita ó *pippita, de donde proviene pepita. El mismo somorgujo citado, á propósito de la asimilación de vocales, se dijo después somormujo, asimilando las consonantes ...g.

66. DISIMILACIÓN.--Se produce para suprimir la incómoda semejanza entre dos sonidos de una palabra. Es de varias clases.

I] Disimilación de vocales: ya en latín vulgar, probablemente por disimilación de las dos i de vicinus, se pronunciaba vecinus, de donde el español vecino según el § 18, y no según el 19. Otro fenóme no de disimilación, muy importante por tener carácter de regla general, ocurría en latín vulgar con el diptongo au, que perdía su u cuando en la sílaba siguiente había otra u, y por Augustus se decía Agustus, de donde agosto; y por auscultat se decía ascultat, de donde antic. ascucha, mod. escucha (§ 17); por augurium se decía agurium, de donde aguero. Otras veces la disimilación no es tan antigua, sino de origen romance; por ejemplo: en el caso del derivado de fibella (forma vulgar, con diferente sufijo que fibula), que dió en castellano antiguo fibiella; pero al reducirse el sufijo -iello á - illo (§ 10), en vez de *hibilla se dijo hebilla. En los verbos esta disimilación es abundantísima; baste sólo el ejemplo de dicere, que como dico es digo, debiera ser en el infinitivo dicer, ó pasándolo á la conjugación en ir, cambio muy frecuente, debiera ser dicir; pero las dos i seguidas trajeron la forma decir, y lo mismo sucedió en las otras formas en que la vocal acentuada era i, como dice(b)am, antic. dicia (con i tónica por estar la e latina en hiato, comp. S10), moderno decía.

2] Ejemplos de disimilación de consonantes: comparando los derivados romances de quinque y quinquaginta con los de quindecim y quin

gentos, se deduce que el latín vulgar en los dos primeros casos esquivaba la repetición de los dos sonidos qu próximos, convirtiendo el primero en c, y decía cinque, de donde cinco, y cinquaginta, de donde antic. cinquaenta, mod. cincuenta; mientras en los otros dos derivados de igual raíz mantuvo la qu inicial, por no haber causa de disimilación, y se derivó quince y quinientos. La disimilación ocurre principalmente entre las consonantes continuas, sobre todo nasales y líquidas; nuestro nombre nacional era en latín clásico hispani ó hispanici; pero en latín vulgar había tomado el sufijo one (que se usa para designar razas, como bretón, borgoñón, sajón, frisón, valón, lapón, sufijo que hallamos en el clásico asturco onis, junto á astur -ŭris, brito, burgundio), y de *hispanionem se decía en la lengua antigua españón; luego, disimilando las dos nasales, se llegó á español con la terminación -ol, que no se usa para designar naciones. Recuérdense, además: robur, roble por robre; carcerem, cárcel; marmorem, mármol (§§ 63 y 54 abc).

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3] La disimilación puede llevar no sólo al cambio de un sonido, sino á su eliminación. Esta puede ser de dos clases: eliminación disimiladora de una jetra, como por ejemplo: aratrum, antic. aradro, mod. arado; *tremulare (de tremulus), *tremblar, temblar; ex-conspuo, *escuspo, escupo; confratria disimiló de dos maneras, ora anticuado confadria, ora moderno cofradía. Hay también eliminación de una sílaba entera (en latín veneficus por *veneni. ficus; nutrix, por nutri- trix, etc.), como en met-ipsissimus, que fué en vulgar *met-ipsi

mus, de donde antic. meismo, mod. mismo; á igual razón se debe contendor por contendedor y los anticuados entendor por entendedor, aprendor por aprendedor. 67. METÁTESIS ó cambio de lugar de los sonidos dentro de la palabra. Puede ser de dos clases:

I] Metátesis recíproca ó retrueque de dos sonidos semejantes que se hallan en sílabas vecinas: acaece entre las consonantes nasales y líquidas, como en parabolam, antic. parabla, mod. palabra; periculum, antic. periglo, mod. peligro; miraculum, antic. miraglo, mod. milagro; calcaneatem, calcañar y carcañal; el latín vulgar usaba al lado de anhelitum, que dió aneldo, otra forma: #alenitum, de donde aliento. La metátesis entre otras consonantes es rara: faciem ferire, antic. facerir, hacerir, y después zaherir.

2] Metátesis sencilla: una nasal ó líquida sola puede también cambiar de lugar en la palabra en virtud de la inconsistencia movediza de esas consonantes, ó de la dificultad que causa su contacto con otra letra vecina. La r es la más insegura: *torculare, (por torcular) hubiera dado * torchal, § 61,, pero *troculare dió trujal; *ex-troculo (por extorqueo), dió estrujo; pectorale, dió petral y pretal, como *pectorinam, pretina, y *ap-pectorare (estrechar contra el pecho) dió apretar, y praese. pem, pesebre; crepare, antic. crebar, mod. quebrar; extonitrum, estruendo; integrare, entregar; biferam, antic. bevra, mod. breva, y acerem, azre y arce; para yerno, etc., v. § 59,. Para la metátesis de len aneldo, cabildo, espalda, v. §§ 58, y 59 ). Otras consonantes: conteum (como contera, de con

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